
Las personas se encuentran con entre 3.000 y 5.000 formas de publicidad cada día, para que te hagas una idea del impacto de la publicidad que tienen en la sociedad. El por qué, el qué, el cómo, el dónde, el cuándo y el quién de estas comunicaciones vienen determinados por la estrategia de marketing. El objetivo de cualquier publicidad eficaz es generar un sentimiento de empatía y una conexión duradera con los consumidores.
Es obvio que el objetivo de cualquier comunicación empresarial es inspirar la acción entre el público objetivo y crear conexiones emocionales que den lugar a relaciones duraderas.
Los profesionales del marketing están bastante familiarizados con el funcionamiento de la mentalidad del público. Las personas somos seres racionales, porque usamos la razón cuando tomamos decisiones. Esto es cierto, pero solo parcialmente, ya que somos seres afectivos, incluso en decisiones de compra aparentemente lógicas como la compra de una casa, un ordenador o un coche, las emociones tienen un impacto significativo en nuestra voluntad.
Por tanto, la cuestión es de percepción. Los productos son idénticos en cuanto a sus capacidades técnicas y componentes; los competidores se ponen rápidamente al día con los avances. En consecuencia, las decisiones de compra se toman de forma sincera y emocional. El marketing y la publicidad, tanto tradicionales como digitales, tienen un impacto significativo.
La evolución de la publicidad
El uso de Internet ha aumentado, y con él ha aumentado enormemente la publicidad. Los formatos más gráficos, como los banners, tienen un impacto mucho menor, lo que hace que sus mensajes sean completamente ineficaces. Por lo que la aparición de nuevos formatos y métodos no se enfocan en conseguir un simple clic, sino en llamar la atención de los consumidores para establecer relaciones duraderas.
Un ejemplo de ello es el marketing de contenidos, en lugar de perseguir a las personas con mensajes de venta, esta disciplina pretende atraerlas con información útil. Cada vez son más las empresas que invierten una parte de su presupuesto en la creación de contenidos que aclaren dudas y ofrezcan a los posibles clientes información útil.
Sistemas publicitarios como Google Adwords o Facebook Ads han permitido a los anunciantes cambiar de tamaño, haciendo posible el lanzamiento de campañas perfectamente segmentadas con inversiones pequeñas.